Fortaleza árabe, conquistada después por Hernán Pérez del Pulgar, capitán de los ejércitos cristianos que intervinieron en la Guerra de Granada. Los Reyes Católicos le nombraron alcaide y le encomendaron de la repoblación de la zona.

Se conserva muy reformada y sirvió de morada hasta principios de siglo a los marqueses de Salar.

            La iglesia de Santa Ana se construyó en 1501 (a cargo de Hernán Pérez del Pulgar, patrón y benefactor de la misma), sustituyendo a una mezquita de la que solo se conservó y reconstruyó su minarete. Junto a la misma se encontraba un cementerio.

A finales del XVIII, ante el incremento de la población, se hizo necesaria la ampliación de la iglesia .Su distribución está compuesta por una nave central en forma de cruz griega, cuyos brazos se cubren con bóvedas de cañón y en su intersección con una bóveda vaída.

Durante un tiempo tuvo, entre sus enormes riquezas, (imágenes policromadas, cuadros de gran valor, rejas, púlpitos, órgano, etc., destruidos en el mes de julio de 1936) el conocido “Jarrón de Salar o de Fortuny” de época nazarí como soporte de una pila bautismal y que en la actualidad se encuentra en el museo del Hermitage en San Petesburgo.

Los restos estructurales permiten identificar una estructura cuadrangular muy sólida construida con muros de cerca de 1 metro de anchura, realizados mediante dos paramentos de sillares, y que responde a un modelo de torre. Esta estructura central parece contar con una plataforma aneja junto a su cara noroeste.

Se conservan asimismo restos de muros que rodean la estructura central por tres de sus lados. Los materiales superficiales muestran una cronología que se extiende entre los siglos II a.C. y V d.C.

Su posición, técnica constructiva y planta se ha identificado con el modelo de turris de origen romano-republicano.

Ubicada tras la Iglesia de Santa Ana, la Plaza de Doña Pura honra a Purificación Rivas Castro, una maestra dedicada de Granada que enseñó en el pueblo durante 26 años. En 1929, recibió un premio especial por su contribución educativa. En septiembre de 1936, durante la ocupación franquista, se le acusó falsamente de ayudar a un soldado a unirse al bando republicano. A pesar de la injusticia, decidió quedarse en su casa. El 26 de diciembre de 1936, ante la inminente detención, doña Pura se arrojó desde el segundo piso de su casa, falleciendo en el acto.